Tener en cuenta las emociones relacionadas con el bienestar animal


Tema

Las emociones ocupan un estatus ambiguo en la pedagogía de los temas socialmente críticas. La expresión de emociones puede irritar a la clase, al formador o a la imagen que alumno tiene de su estatus. Puede ser aterrador. También puede afectar al proceso de aprendizaje del alumno que muestra emociones, especialmente cuando son demasiado fuertes. Pero también es la fuerza dinamizadora detrás del deseo de movilizar y promover la formación.
El bienestar animal provoca emociones de diferente tipo: podría ser enfado hacía la sociedad que hace al agricultor sentir culpabilidad, tristeza, aversión con el sufrimiento del animal, alegría por el vínculo que uno tiene con el animal. Si estas emociones no pueden ser expresadas, conducen hacía el establecimiento de los mecanismos de defensa psicológica que frecuentemente son perjudiciales para la salud psicológica del alumno.
Por esto, al contrario, nos parece deseable estimular la expresión de las emociones, hacerlo como una palanca de lanzamiento para el aprendizaje en lugar de como un impedimento

Objetivos


Para el formador: posibilitar la expresión de las emociones de una manera constructiva.
Para el alumno: que se tenga en cuenta su propia sensibilidad, considerar sus emociones como el modo de entenderse a uno mismo.

Método

Consideramos dos pasos principales: (1) aprender a reconocer y expresar las emociones de uno, (2) aprender a cuestionar las emociones propias...

Aprender expresar las emociones propias
Las emociones, sean las que sean, tienen que ser bienvenidas. Para permitir la expresión de las emociones, cualquiera que puedan ser, es aceptar a la persona en su autenticidad, permitirle tomar consciencia de sí mismo, y para entender mejor a otros.
A veces al alumno le resulta difícil expresar sus emociones. Siente derecho a expresarlas, y sentirlas.
En la literatura hay muchos textos sobre el sufrimiento de los animales que podrían sugerirse a los alumnos pidiéndoles expresar lo que sienten.
Las películas documentales de Anicarte también pueden ser usadas con el mismo propósito. Son aptas para generar emociones de enfado, alegría, tristeza, indignación, sorpresa, etc.
Después de la proyección del vídeo o un debate, el formador puede invitar a la persona para una libre expresión de sus emociones, pidiéndole exteriorizar las sensaciones corporales que reflectan la emoción. Verbalizar la emoción significa distanciarse de ella. Empezar a dominarla. Otros medios podrían ser usados para expresar las emociones en relación al sufrimiento animal: pintura, escultura, poesía, movimientos corporales, fotomontaje… hay tantas maneras de expresar las propias emociones, y también de anticiparlas y cuestionarlas.
Preguntar por lo que dice la emoción sobre nosotros
Cuando las emociones fuertes evocadas por la película son bienvenidas, seguramente se calman y pueden indicar una intención, un empuje, un mensaje que tiene sentido para el alumno, un tipo de significado. En otras palabras, emoción es un movimiento corporal que provoca a moverse. Cubre la necesidad de homeostasis para volver a sentirse bien. Es una calidad nueva generada a través y durante el proceso de cambio, es decir el proceso reflexivo generado por el mismo enfoque didáctico. Emociones cuentan sobre nosotros. ¿Qué nos dicen? Es un reto para esta etapa pedagógica preguntar que surgirá de una emoción depositada. La expresión de la persona que está experimentando la emoción es como encontrar dentro de ella un poder de acción, un deseo, un cambio de perspectiva. Lo que son, permitir sus expresiones significa mostrar y ver la diversidad deontológica en cuestión, pero también reforzar los conocimientos nuevos a los cuales responde este deseo. Entonces esto puede ser una oportunidad para convertir una parte del proyecto a la pedagogía, con el educador que se encarga de que los proyectos emergentes lleguen a ser parte de la deontología del respecto hacía otros. Esto también podría involucrar la identificación de los temas filosóficos a través de la expresión de los alumnos e invitándoles a un debate, lo que les permite aprender a escuchar y tolerar los pensamientos de otros.
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Dificultades y recomendaciones

Dar la bienvenida a las emociones no es fácil porque como educadores también a veces somos receptores de su violencia. Si la expresión de las emociones nos molesta, sería mejor no practicar este tipo de pedagogía. Dar la bienvenida a las emociones supone sentirse arraigado en forma de la seguridad interna. Requiere por parte del formador mucho respeto y mucha delicadeza en el momento de recibir lo que el alumno ofrece.

Ejemplos

“Había propuesto a los formadores los textos literarios que hicieron hablar a los animales, particularmente a través del sufrimiento que podían sentir. Pregunté cómo se sentían. No siempre fue fácil expresar directamente lo que sentía uno. Frecuentemente la persona hace un análisis del texto, un análisis de lo que intenta crear el autor, pero no habla de sus propias emociones. Es un verdadero proceso de aprendizaje, o de reaprendizaje para hablar sobre las emociones.”
“A menudo sentimos que somos un poco como los ositos de peluche. Somos unas personas más sensibles y más frágiles. Durante la formación mis colegas me decían: «O sí, quizás podemos decir lo que pensamos y sentimos»”.